Pilastras: Cuando un pilar o columna está adosado a un muro o pared, pasa a llamarse pilastra. La pilastra puede cumplir una función estructural de soporte, cuando sostiene un tejado, techo o entablamento, una moldura o un arquitrabe, o puede cumplir solamente una función decorativa. El nombre de pilastra, se deriva de pilar, que alude a un bloque de piedra sustentante de un techo. La pilastra se compone de los mismos elementos constructivos de que están compuestas las columnas. La basa, base o basamento. El fuste. El capitel, cuyo motivo dependerá del orden o estilo al que pertenece. Por lo general las pilastras se utilizan más como elemento decorativo adosado, que como soporte de alguna estructura. Con el paso del tiempo y la evolución de la arquitectura, se fue acumulando nuevo conocimiento en cuanto al empuje de las fuerzas para poder sustentar los pesos, y se hizo cada vez menos necesaria la función de sostén de las columnas o pilares. De todos modos su papel en la decoración siguió siendo muy valorado, por lo que comenzaron a utilizarse columnas adosadas o pilastras, por ejemplo en la Arquitectura gótica, donde los pilares cruciformes (o sea los que, vistos en planta, tienen forma de cruz) eran los elementos de sujeción de las bóvedas de crucería. Su forma de cruz se debe a que en cada cara de la columna ha sido añadida una pilastra adosada. Estos pilares fueron bastante característicos, también, en la arquitectura renacentista del Quattrocento y del Cinquecento, así como en el Manierismo y en el Barroco, para las fachadas y los altares. La divulgación de las pilastras en el Barroco implicó la creación de profusas variantes, como el estípite: pilastra o pilar con un fuste en forma de tronco invertido de pirámide, que se popularizó especialmente en el Barroco español.